Cumple la Alameda vallense 152 de existencia
- Dia Siete
- 7 dic 2024
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Valle de Santiago, Gto.- El Parque Hidalgo, mejor conocido como La Alameda, cumplió 152 años y es uno de los lugares más visitados por turistas nacionales y extranjeros, al igual que por los vallenses que todos los días llevan a sus hijos a las escuelas que están cerca de este centro turístico, como lo son la primaria Niños Héroes, la secundaria Benjamín Lara y el Conalep.

También es visitada por las personas que les gusta ir a correr o a caminar de manera frecuente a ese lugar que se localiza entre las calles Juárez, Colón, Ocampo y Chapultepec, en la zona centro del municipio. Además a los visitantes les gusta acudir a comer duros con cueritos, tacos, hamburguesas, tacos de canasta, elotes, cacahuates cocidos y una gran variedad de botana y de comida que venden en el lugar.
Es importante destacar que en sesión de Ayuntamiento del cuatro de marzo de 1872, el jefe político don Zenón Guerrero, propuso que este lugar conocido en aquel tiempo como “El Llano” sea convertido en parque, aprobándose la propuesta se disponen a llevar a cabo su planeación.
De acuerdo a los escritos del excronista don Ascención Baltazar Castillo, el Parque Hidalgo ha sufrido múltiples cambios a través de su historia; lo único que se preserva desde su origen, incluso un poco antes de convertirse en parque, es la barda perimetral conocida como la luneta y después de eso se designaron como árboles para el plantío de La Alameda las especies truenos, fresnos, naranjos y moras.
En tanto, en 1883 sembraron 43 fresnos, mencionando que no hay registro en el archivo histórico municipal, ni de la fecha, ni quien plantó los laureles de la India que embellecieron de manera majestuosa este hermoso parque orgullo de todos los vallenses.
En su investigación, Ascención Baltazar Castillo expresó que un problema importante es la falta de agua a los árboles, generada por las limitadas áreas de absorción en el suelo del parque, ya que en 1975, al realizarse la remodelación más significativa de La Alameda, se cubrió con adoquín, piedra y cemento una gran parte de la superficie del parque, limitando la absorción de agua a estos enormes árboles.
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